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Este fenómeno fue estudiado científicamente en 1944 por el psicólogo animal norteamericano Theodore Schneirla. Se basa en la estructura organizacional de las hormigas. Siguen a un soldado principal que tiene un fallo en sus feromonas comunicativas. Pero cada miembro del grupo sigue a la que tiene delante.

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Este fenómeno se da principalmente en legionarias:

 

Las hormigas legionarias son ciegas, de manera que mantienen la cohesión en sus grupos siguiendo los rastros de feromonas que dejan sus compañeras a su paso. Este sistema de comunicación es muy útil para mantener sus grandes grupos, pero resulta letal si alguna hormiga se despista: cuando un grupo pequeño de hormigas pierde el rastro de feromonas y se separa del grupo principal, entonces sus miembros pueden llegar a empezar a seguir su propio rastro… Y terminan siguiéndose unas a otras, dando vueltas en círculos sin parar, hasta que mueren de extenuación.

Molino de la muerte

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Hormigas Legionarias​

Las hormigas Legionarias se organizan para saquear a sus enemigos, sin dejar refugios en pie, ni recursos; sin dejar sobrevivientes a su paso. Porque las hormigas guerreras (conocidas también como legionarias o marabuntas) arrasan con todo. Conforman un ejército dentro del reino animal que solo puede ser descrito como feroz e implacable.

Hormigas con trampas en las mandíbulas

Las mandíbulas son esenciales para las hormigas, ya que con ellas pueden modi-ficar el medio, adecuándose para su supervivencia. Tienen dos, una a cada lado de la boca; su función es muy diferente a la de nuestras mandíbulas, de hecho se parece mucho más a la que tienen nuestras manos.Las hormigas utilizan sus mandíbulas en tareas tan delicadas como el transporte de huevos y larvas, así como en aquéllas donde se requiere de la fuerza: la búsqueda de alimento, la excavación del nido, o la defensa frente a enemigos. La forma de las mandíbulas es tan importante como el movimiento y el control muscular.
 

Algunas especies de hormigas han desarrollado sorprendentes mecanismos que dependen de la acción de las mandíbulas y de las antenas. Tales mecanismos, llamados mandíbulas de trampa, evolucionaron primero como un sistema de caza y secundariamente como defensa. Estas hormigas, como las del género Odontomachus, poseen largas mandíbulas dentadas en la punta, semejantes a pinzas, que pueden cerrarse con extraordinaria rapidez para herir y atrapar a la presa instantáneamente.

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